Todo relato
político para ser eficaz en el logro del objetivo que persigue su creación y
uso, tiene que tener un sustento en la realidad, y es desde allí donde, quienes
lo utilizan, cuentan su historia.
Aun cuando en el
caso que aquí nos ocupa son historias contadas con fake news y pos verdades.
Durante cuatro
gobiernos (Bachelet uno y dos y Piñera uno y dos) la economía chilena
experimentó un ciclo sostenido a la baja, que tocó fondo en la pandemia,
alcanzando en esa oportunidad el PIB un escuálido 2 % anual, y permaneciendo en
torno a esa cifra durante los tres primeros años del actual gobierno.
Producto de un eficiente
manejo de los equilibrios macroeconómicos el descenso se contiene, junto con una
inflación recuperando los niveles normales; y, los registros oficiales
constatan hoy evidentes testimonios del inicio de la fase ascendente del ciclo.
Para ilustrar lo sostenido reproducimos
textualmente una referencia al respecto rescatada de la incuestionable IA:
“El crecimiento económico de Chile en 2025
ha superado las expectativas, con una expansión del PIB del 2,5% en el primer
trimestre y del 3,1% en el segundo, impulsado por la inversión y las
exportaciones, las cifras más recientes han generado optimismo, aunque
persisten desafíos como el control de la inflación y la necesidad de aumentar
la productividad a largo plazo”.
Agregamos nosotros que, ello no fue impedimento
para que paralelamente se expandiera el sueldo mínimo, los asalariados
aumentaran sus ingresos, y mejoraran sus condiciones de trabajo.
Generando espacio y condiciones, todavía, para
hacer mayores esfuerzos en esa dirección, como se consigna en las medidas
propuestas por la candidata del progresismo, partiendo por el ingreso vital de
750 mil pesos en cuatro años.
II
La seguridad ciudadana es el otro tema en el cual
la ultraderecha populista ha focalizado el debate electoral desparramando
anuncios catastrofistas.
Las cifras en este caso no transparentan con pulcritud
la misma evidencia anteriormente descrita, con excepción, en parte, de lo
ocurrido en la llamada macrozona sur.
Con la presencia del crimen organizado, asociado
al narcotráfico y una delincuencia barrial de nuevo tipo; el temor sigue hoy vivo
y se expresa en el quehacer cotidiano, principalmente, de los sectores más
vulnerables que habitan en las grandes urbes del centro y el norte del país.
Más allá del debate electoral, y los fines
políticos que persiguen los controladores de la prensa hegemónica, la
formidable acción ejecutada por el actual gobierno se hará visible más temprano
que tarde en la vida cotidiana de la gente, en especial en los más
vulnerables.
Aunque no estaba en las prioridades del actual
Gobierno, tiene a su haber tres líneas de acción que dejarán huella.
Una expansión cuantitativa y modernización
cualitativa, inédita en la historia policial chilena, de los recursos humanos y
principalmente del equipamiento utilizado en terreno para cumplir con eficacia
y cabalmente sus deberes.
Apuntando al mismo propósito, habría que
considerar también el empoderamiento que trae consigo la aplicación, en tiempo
récor, de un fast track legislativo que contiene cerca de un centenar de normas
regulatorias de la acción policial punitiva y sancionadora, (respetando los
acuerdos internacionales firmados en materia de derechos humanos) tramitadas y
despachadas a ley con una rapidez extrema.
Y, por
cierto, la creación y puesta en marcha de un Ministerio, expresamente a cargo
de administrar la acción pública orientada a garantizar el orden, la seguridad
y el desenvolvimiento de la vida en armonía de los ciudadanos.
Son medidas que “valen oro”, apuntan todas en la
misma dirección y más temprano que tarde sus efectos se harán sentir.
No ha sido suficiente, por ello el plan de gobierno del progresismo considera,
continuar privilegiando las medidas y acción que la mayoría parlamentaria se ha
negado a dar su aprobación, protegiendo el abuso y prácticas reñidas con la moral
de malos empresarios.
Entre las que se destaca la urgente necesidad de
levantar el secreto bancario y extender las atribuciones de las instituciones
encargada del seguimiento del dinero mal habido.
Una política carcelaria y de control de frontera
centrada en dotar a gendarmes y funcionarios de la tecnología de última generación
disponible y apoyo de las fuerzas armadas.
Lo que por su puesto incluye el trabajo fino y
debidamente supervisado de inteligencia y principalmente de contra inteligencia,
para lo cual ayudará el urgente empadronamiento de la totalidad de los
migrantes irregulares, el seguimiento del dinero mal habido, la segmentación
física y administrativa de las cárceles, donde operan los cuarteles generales de
la mafias del crimen organizado, y finalmente, un desalojo inmediato de campamentos
e intervención de espacios como el Cerro Chuno controlados por sus bases
operativas y en campaña.
Contrariamente a aquello los representantes de la
oposición han derrochado imaginación proponiendo cada cual las medidas más
insólitas, terroríficas e impracticables que se les ha podido ocurrir (muros y
zanjas custodiadas por personal activo de la las FFAA, rodeadas incluso, de
minas antipersonales, campos de concentración en medio del desierto, adaptación
de barcos para operar como cárceles instaladas en medio del mar, expulsión
inmediata de cientos de miles de migrantes sin especificar a donde los llevarán, como lo harán ni con qué
medios.
III
La creación de un falso clima de desastre social
apocalíptico, al que nos hemos referido en esta nota, tiene como propósito,
además, crear una atmósfera de miedo asociada a una fatiga y debilitamiento de
las instituciones democráticas que las inhabilita para garantizar el orden.
De manera que, cuando la ultraderecha populista accede
al poder, encuentra las condiciones propicias para hacer efectivas sus amenazas.
Es lo que ha
pasado en los países de Europa y América latina donde el neofascismo ha sido
favorecido, en los procesos electorales en que ha participado.
Testimonios
históricos de aquello son, por ejemplo, el asalto del capitolio en USA y el
intento de golpe de estado por el cual Bolsonaro está hoy en prisión en Brasil.
Utilizando otros
instrumentos Bukele tuvo más éxito en la implementación de su propio autogolpe blanco
en El Salvador.
Y, en Argentina,
con motosierra en una mano, y la guitarra eléctrica en la otra Milei, con su facha de chascón malacatoso, no tuvo
conmiseración alguna para arrasar con los beneficios sociales de los
pensionados….. y no es chiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario