REFLEXIONES SOBRE


EL NEOLIBERALISMO EN CHILE.
ESTALLIDO SOCIAL Y PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE
TAMBIÉN SE INCLUYE
REFERENCIAS A PUBLICACIONES SOBRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ECONOMÍA POLÍTICA .
INFORMACIÓN SOBRE TRABAJO DE GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Y
VIDEOTECA SOCIAL (muestra de películas emblemáticas de denuncia social, en los diferentes géneros expresados en la historia del cine)

jueves, 1 de febrero de 2024

GOBERNAR ES ADMINISTRAR. UNA SUTIL MIRADA A LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE GOBIERNO.(1)

 GOBERNAR ES ADMINISTRAR. UNA SUTIL MIRADA A LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE GOBIERNO.(1)

Hace dos años decíamos que, por razones metodológicas de análisis, las tareas que debía abordar el nuevo Gobierno podían clasificarse en tres tipos, la administración de las instituciones que forman parte del aparato de Gobierno, las transformaciones para generar las condiciones y recursos requeridos para dar satisfacción a las demandas de quienes lo eligieron y el “apagar incendios”.

Lo de “apagar incendios” aludía a una metáfora utilizada por el ex presidente Mujica de Uruguay, para hacer referencia a los problemas y conflictos, impredecibles algunos y otros no tanto, cuya urgencia obliga a los gobernantes a concentrar los esfuerzos y recursos en la búsqueda de sus soluciones, desviando o postergando la atención y recursos requeridos para abordar otro tipo de tareas.

(Mas o menos lo que ocurre hoy literalmente con el incendio de Valparaíso).

Hace dos años decíamos que el principal “incendio” que debía apagar el nuevo Gobierno era el tema de seguridad, y lo caracterizábamos   identificando el conflicto localizado en la llamada “macro zona sur”, las migraciones ilegales en el norte y el desborde de una delincuencia de nuevas características en zonas urbanas.

Hoy podemos decir que donde más se ha avanzado, en la solución de este ámbito de tareas es en el control del conflicto localizado en la “macro zona sur”, incluyendo las nuevas aristas con que se presenta allí el tema de la seguridad hoy, como lo es el crimen organizado, que en la “macrozona sur” se expresa preferentemente en el robo de madera. 

(Hablamos del conflicto de “la macrozona sur” y no del “conflicto mapuche” que tiene otra dinámica y la solución pretendida, “el Estado Nación Mapuche” rebasa temporalmente varios Gobiernos, para decirlo de manera delicada).

En relación a ello podemos decir que la acción del Gobierno enmarcada en el ámbito de la seguridad, vía despacho de varios cuerpos legales tramitados en el Congreso, pero principalmente mediante la adopción de medidas administrativas ha empoderado, sin excepción, a todas las instituciones civiles y militares, involucradas en su solución, (cárceles y dispositivos de inteligencia incluidas)  dotándolas de los recursos humanos, capacidades técnicas y materiales de última generación requeridas para enfrentar exitosamente el problema, en un contexto de respeto a los derechos humanos, como debe ser.

Esta tarea que aún no concluye será seguramente uno de los legados atribuibles a este Gobierno.

En materia de administración pesó el efecto de la falta de experiencia en labores de gestión gubernamental de un sector de la alianza política a la cual pertenece el propio Presidente, y la precaria articulación de la base política de apoyo, o sea, lo que se ha identificado como “sus dos almas”

Aun así apelando sólo a medidas administrativas se logró contener en un menor tiempo respecto de lo esperado (y pronosticado por los expertos) la crisis pos pandemia, minimizando su efecto sobre los ingresos y calidad de vida de los sectores más postergados.

Una mancha negra en este ámbito de acción fueron los episodios de corrupción aparecidos en el sector vivienda, cuyos efectos políticos sólo podrían neutralizarse, en parte, si se logra alcanzar la no despreciable meta de soluciones habitacionales prometidas.

En materia de transformaciones las limitaciones para ejecutar lo prometido en el programa de gobierno estaba determinado por los condicionamientos establecidos en el propio programa:  gradualidad y respeto a los equilibrios macroeconómicos.

Ello, además de la acción descarnada de un Congreso con mayoría opositora, decidida a actuar con la lógica de “negar la sal y el agua”, y absoluto desprecio a “la lógica de los acuerdos”; explica que, hasta ahora, en este ámbito de acción sólo haya llegado a puerto y visto la luz la reforma a la ley del royalty, y (vía administrativa y por lo mismo debilitada), la puesta en marcha de la Empresa Nacional del Litio, esta última, con frutos posibles de alcanzar en el largo plazo.

¿Será posible superar este escuálido balance en este ámbito de acción en los dos últimos años de este Gobierno? Responderemos a esta pregunta en la próxima editorial.