REFLEXIONES SOBRE


EL NEOLIBERALISMO EN CHILE.
ESTALLIDO SOCIAL Y PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE
TAMBIÉN SE INCLUYE
REFERENCIAS A PUBLICACIONES SOBRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ECONOMÍA POLÍTICA .
INFORMACIÓN SOBRE TRABAJO DE GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Y
VIDEOTECA SOCIAL (muestra de películas emblemáticas de denuncia social, en los diferentes géneros expresados en la historia del cine)

sábado, 22 de octubre de 2022

HACIA UNA CONSTITUCIÓN GATOPARDISTA....CON EL FANTASMA DEL OCTUBRISMO AL ACECHO


22 de o ctubre 2022

A título de escopeta el diputado Diego Shalper se declaró contrario a cerrar la negociación del acuerdo constituyente el mes de octubre "por la carga simbólica que ello tendría"- Días después el senador Matías Walker con otras palabras repite la misma monserga.

1 CADA CONSTITUCIÓN ES HIJA DE SU TIEMPO.

Cada constitución es hija de su tiempo, o, como lo hemos dicho en otras oportunidades tiene su propio pecado de origen.

El de la constitución de Pinochet fue generar las condiciones económicas, políticas, culturales y sociales para viabilizar la instalación del modelo neoliberal de desarrollo y garantizar su permanencia tanto tiempo como fuera posible.

El estallido social constató que ya no atesoraba en su seno las herramientas para resolver en armonía los conflictos que generaba, develando con ello que el propio modelo de desarrollo experimentaba un evidente proceso de agotamiento (cuestión que por lo demás también se trasparenta en otras latitudes)

La profundización del conflicto generó un momento épico que, como hemos sido testigos, desató su mayor efervescencia entre el 18 de octubre al 15 de noviembre del año 2019 oportunidad en que Piñera decide enfrentar la crisis política "entregando la constitución"

Son escasas las ocasiones en que las elites abren las compuertas para que los plebeyos asuman un protagonismo en los hechos que harán historia, (usamos el concepto "plebeyos" para entregar el crédito a Maquiavelo, que fue tal vez quien teorizó con mayor lucidez el tema).

El progresismo por un no despreciable lapso de tiempo asume un rol protagónico, en un escenario político donde el proceso constituyente se toma la escena

En ese contexto se realiza el plebiscito de entrada y se eligen los constituyentes que tendrán a su cargo la redacción del borrador que, sometido al juicio de aprobación del soberano, tuvo el desenlace que conocemos. El corolario de aquello fue la pérdida de la iniciativa y el control del proceso constitucional de parte del progresismo.

Ocurrido aquello el escenario político se modifica estructuralmente.

2. EL LEGADO DEL ESTALLIDO.

Fueron los cuadros políticos más lúcidos de derecha lo que, al interior de la propia convención, primero, declararon muerta de la constitución de Pinochet. Es así como ello se configura en la primera herencia del estallido.

La segunda herencia fue la creación de condiciones políticas que harían posible la elección de G. Boric como presidente de la república, con un relato que legitima las principales demandas emanadas del propio estallido.

La tercera herencia fue la profundización de la crisis del sistema partidos políticos que se venía manifestando ya desde hace algún tiempo como crisis de representación.

Sobre estos pilares se modela el escenario donde se precipitan los hechos que informan la agenda política pos plebiscito.

Un sistema de partidos políticos en franca descomposición dificulta la articulación de la base política de apoyo al gobierno. Los propios partidos políticos, supuestamente involucrados en conseguir aquello, privilegian la disputa de la hegemonía en el marco del control de las teclas del poder. Disputa en la cual se involucra, (como era de esperarse) el propio conservadurismo, con lo cual, el progresismo más consecuente (partido comunista incluido) recibe fuego cruzado, como lo hemos develado en las notas editoriales anteriores.

El logro de la paz social (control de la delincuencia, el crimen organizado, la migración ilegal incluidas) así como la superación de crisis económica (en especial la inflación con la pérdida del poder adquisitivo que lleva consigo) son los incendios que el gobierno debe apagar en forma más que urgente. Ello sin descuidar mover eficazmente las teclas administrativas y transformadoras (con la consabida "gradualidad"), para dar respuesta a los clamores igualitarios del estallido, y recuperar los réditos políticos que permitieron al propio progresismo acceder al gobierno.

El proceso constitucional, controlado ahora por los estratos conservadores, bordes más bordes menos, transitará por rutas más previsibles y exentas de sorpresas. Seguramente el llamado "efecto civilizatorio" asociado a respuestas a las demandas ambientalistas, feministas y en menor medida indigenistas reemplazarán los resabios del capitalismo primitivo aún vigentes en la constitución de Pinochet. Siempre, por cierto, que no sean incompatibles e interfieran con los requerimientos asociados a las nuevas formas de acumulación aún en proceso de incubación.

Los nuevos controladores del proceso intentarán, en suma, actualizar y modernizar las relaciones de dominación con el fantasma del estallido a la espalda.

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