El
solitario hombre se mantuvo de pie. Mientras los tanques se le aproximaban
hacía gestos de rechazo. Los tanques, aunque en menor velocidad, continúan avanzando intentando sortear el
obstáculo humano. El muchacho se interpone repetidamente frente al tanque que
iba a la cabeza demostrando tenacidad y resistencia. Los tanques finalmente se
detienen, momento que el “rebelde solitario” aprovecha para subirse al que
hacía cabeza sosteniendo una conversación con el conductor. El incidente tiene
lugar en una calle de acceso a la Plaza de Tian An Men el 5 de Junio de 1989
frente a un hotel donde periodistas, fotógrafos y camarógrafos extranjeros lo
registran (el contenido de la conversación sostenida entre el civil y el
soldado sobre el tanque es especulación). Al bajarse del vehículo militar la
grabación registra cómo el muchacho es separado del tanque por manifestantes
mimetizándose en la multitud.
Las
imágenes y el relato de los periodistas que
registran el incidente del "Rebelde Desconocido" fueron
profusamente presentadas como un símbolo de lo ocurrido ese 5 de junio de 1989
en la plaza de Tian An Men: jóvenes desarmados, arriesgando su vida, a pecho
descubierto y apelando al diálogo, el discurso y la palabra enfrentan al
tremendo poder político y militar que representan el poder político y militar de una potencia mundial. Un
joven arriesgando la vida para oponerse a un escuadrón militar parecía encajar
con la representación de los estudiantes protestando valiente y espontáneamente
contra el Estado. La imagen alcanzó resonancia entre los
países de occidente como un símbolo de la protesta de los estudiantes del año
89 contra el gobierno para forzar un cambio en la dirección política del país.
Dentro
de China, curiosamente también la imagen fue usada por el gobierno como símbolo
de lo ocurrido ese día en Pekín y testimonio del cuidado de los soldados del
Ejército Popular de Liberación para
proteger los manifestantes: “a pesar de las órdenes de avanzar, el conductor
del tanque rechazó hacerlo si eso implicaba dañar a un sólo ciudadano” repetían
los medios. Igualmente el "Hombre del Tanque" fue presentado en las
informaciones oficiales como un delincuente social, un símbolo de los
irresponsables y oportunistas alborotadores que aparecieron durante las
protestas de Tian An Men y como un posible agente provocador de los gobiernos
occidentales.
La
imagen de la famosa foto de un hombre enfrentándose a una fila de tanques,
convertida en símbolo de las manifestaciones estudiantiles, sin duda, tiene la
fuerza de condensar en un instante la lucha de las palabras contra las armas,
del pueblo contra el ejército. Sin embargo, revisando la grabación completa, lo
cierto es que lo que pasó con este hombre fue una excepción: al contrario de lo
que había sucedido la noche anterior, cuando los soldados ocupan la ciudad. En
el particular caso de “protestante solitario” el tanque esquiva al ciudadano,
gira hacia la derecha y se detiene. En esa escena, del día 5 de junio los
soldados muestran un respeto por la vida de los civiles que, en general, no
tuvieron durante el 3 y el 4 de junio.
La
masacre no sucedió precisamente en la plaza. Juan Restrepo, el enviado especial
de TVE (la única cadena de televisión que estuvo en la plaza hasta el final)
resumió lo que vio ese día con las siguientes palabras: “Fui testigo de un
desalojo casi ordenado, con menos violencia de la que se ha dicho en repetidas
ocasiones. Hubo violencia desde luego aquella noche, y murió mucha gente fuera
de la plaza”. La masacre ocurrió en las
calles de la ciudad. La sangre llenó las calles por donde entra el ejército a
Pekín (sobre todo el puente Muxidi), la avenida de Chang´An y otras zonas
aledañas a la plaza. Cuando el ejército llegó hasta la Plaza, donde unos 2.000
manifestantes seguían atrincherados, se produjo esa breve negociación del mando
militar con Hou Dejian, un cantante taiwanés que había apoyado a los
estudiantes. Tras una deliberación improvisada, los manifestantes abandonaron
la plaza pacíficamente.
Como
con muchos asuntos relacionados con las protestas de 1989, éste episodio se
convirtió en un tabú político. La verdad de lo que pasó en las calles de Pekín
y otra ciudades los días 3, 4 y 5 de mayo de 1989 tal vez nunca se sabrá. Jan
Wong, respetable escritor chino, sin atreverse a dar cifras describe en su
libro “Red China Wong” lo que percibió desde la ventana de un hotel: “Varias
personas mueren al interior de sus habitaciones alcanzadas por balas perdidas,
como efecto de las ráfagas de metralletas escuchadas hasta bien entrada la
tarde del 4 de junio eran asesinados jóvenes, niños y cualquier persona que se
desplazara por la calle”. Nichlas D. Krystof, periodista que realizó una
investigación en veinte hospitales los días siguientes denuncia la
constatación de entre 400 y 800 muertos
y 8.000 heridos. Informes soviéticos
desclasificados algunos años después registran 3.000 personas muertas.
El episodio del “hombre del tanque”, las divisiones
27 y 28 del Ejército Popular de Liberación
enviados a las calles de la ciudad para tomar su control y la
sorprendente imagen de calles sembradas de centenares de muertos. Fue el
desenlace de una movilización iniciada con el despliegue masivo que provocó el
fallecimiento de Hu Yaobang (26 de abril) ex secretario general del P.C. que
lideró las reformas liberalizadoras de la economía que venían aplicándose desde
hacía una década, situación que fue aprovechada por los líderes estudiantiles
llamando al paro en demanda por la profundización de la democratización del
sistema económico y su proyección al sistema político. El llamado al paro (13
de mayo) fue respondido por estudiantes de diversas ciudades cuyos líderes se trasladan a Pekín
estableciendo la plaza de Tian An Men como el centro de operaciones. El asenso
y masificación de las movilizaciones, la nula respuesta de las autoridades
junto al despliegue periodístico provocado por la visita a China durante esos
días de Gorbachov (mentor de la glasgow
y la perestroika en la Unión Soviética) lleva a los líderes estudiantiles a
llamar a los movilizados a iniciar una huelga de hambre, llamado que es
respondido por un importante porcentaje de los movilizados que ocupaban la
plaza.
A las movilizaciones desarrolladas durante la
segunda quincena de mayo se incorporan grupos de intelectuales y especialmente
obreros que protestaban por el deterioro de su situación económica que
provocaba la inflación gatillada por las medidas liberalizadoras de los
controles administrativos del sistema económico. Ambos grupos cantan
repetidamente la Internacional en la plaza y sus alrededores. Se reproducía de
esta forma en la calle el conflicto y debate que se daba al interior del
partido comunista entre partidarios de las medidas liberalizadoras (en minoría)
y conservadores liderados por Deng Xiaoping
líder del P.C. y el Gobierno desde la expulsión de Hu Yaobang . El 27 de mayo se declara la ley marcial con
el propósito de poner fin al manifiesto desorden reproducido en las calles por
grupos que unen sus fuerzas en torno a dos bloques de demandas incompatibles.
Los manifestantes no responden.
Las
autoridades insisten los primeros días de junio en llamar a los manifestantes y
habitantes de la ciudad a permanecer en sus casas porque se ha tomado la
decisión de enviar a las calles a soldados para imponer y garantizar el orden.
Los manifestantes continúan sin responder. La amenaza se hizo efectiva el 3 de
junio concluyendo dos días después con la ocupación de la plaza de Tian An Men
y consiguiendo de esta forma resolver
militarmente el conflicto. En los años siguientes continuará
profundizándose la liberalización de los controles administrativos del sistema
económico, el Partido Comunista de China continuará teniendo sin contrapeso alguno el control del
sistema político, el movimiento estudiantil que empezó en Tian An Men se
desarraigó completamente. Tal vez nunca se sabrá el número de estudiantes,
obreros, y manifestantes muertos en Pekín y otras ciudades, cuantos fueron
heridos y cuantos fueron arrestados y, después de ser juzgados, condenados a muerte o a cumplir largos años
de arresto.
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