El Movimiento estudiantil-popular de 1960 en Chilpancingo consistió en una secuencia de movilizaciones en la ciudad de Chipalcingo de los Bravo del Estado de Guerrero ubicado al sur de México. Estas movilizaciones ocurrieron entre los meses de marzo y diciembre del año 1960 y fueron convocadas por el Comité Ejecutivo de la Federación de Estudiantes del Colegio del Estado, cuyo líder era Jesús Araujo Hernández. La demanda era la reconversión del Colegio del Estado (fundado en 1942) en una Universidad Autónoma desligando sus dependencias administrativa y financieras del Gobierno del Estado y dotándola de los recursos para formar los profesionales que demandaba el desarrollo de Guerrero.
A
esta movilización se unirán en el transcurso de los meses en que se desenvuelve
el conflicto otras organizaciones ciudadanas que demandaban a la misma
autoridad estatal diversas reivindicaciones civiles y económicas. Alentados por
el apoyo ciudadano que despertaban sus demandas los estudiantes llaman a una
huelga general el 21 de octubre de 1960. En los días siguientes, producto del
respaldo de importantes grupos sociales
de la ciudad y el Estado que concita el movimiento, se registra una secuencia
de mítines y manifestaciones que amenazan gravemente la estabilidad política en
la ciudad y el Estado.
El
12 de noviembre la Coalición de Organizaciones Populares, constituida dos días
antes, da a conocer sus puntos de lucha que consideraban, entre otras demandas:
Desarticulación de la estructura de poderes en el Estado de Guerrero y
aplicación de la Ley de Responsabilidades al Gral. Raúl Caballero Aburto
(autoridad máxima del gobierno estatal), derogación de los decretos nocivos a
la población, término “de una vez por todas” en el Estado de Guerrero de los
latifundios; y, para el caso de la Universidad, se solicita una reorientación
“para que se ponga al servicio del pueblo” y sea la institución que promueva el
desarrollo social, industrial y político del Estado.
Con
el propósito de restablecer el orden el gobierno estatal saca las tropas a la
calle el 30 de diciembre, situación que provoca la muerte de 20 personas. La
acción represiva se traducirá en el término de las movilizaciones, la caída del
gobierno estatal de Raúl Caballero Aburto el 4 de enero de 1961 y la
incorporación de sus reemplazantes a un proceso de conversaciones y
negociaciones con los líderes estudiantiles y representantes de otros
movimientos civiles y ciudadanos que
culminará con la creación de la Universidad Autónoma de Guerrero.
Para
dar una respuesta oportuna a la demanda estudiantil, el nuevo Gobernador
convocó a la formación de un Consejo Directivo Interino para que éste a su vez
conformara un Consejo Universitario, formulara un proyecto de estatuto y
colocara una planta docente con un título y perfil universitario. Hasta enero
de 1962 se constituye con igual número de consejeros maestros y estudiantes, el
Honorable Consejo Universitario. Al mes siguiente, es elegido el primer rector por dicho Consejo. En abril
de ese mismo año, es aprobado el Estatuto General que establece la autonomía en la universidad. También se
definen las diferentes escuelas que
pertenecerán a la institución. El 4 de septiembre de 19 se publica en el
Periódico Oficial del Gobierno del Estado, la Ley Orgánica que normará el
funcionamiento de la ya creada
Universidad Autónoma de Guerrero estableciendo en forma definitiva el régimen
autónomo en la universidad.
La
matriz de demandas configuradas en el “Manifiesto Liminar” fue el eje programático que guió la acción del
movimiento universitario latinoamericano durante la primera mitad del siglo
pasado. En ese período los movimientos estudiantiles, en ocasiones solos, en
ocasiones en alianza con el conjunto de la comunidad universitaria logran
incorporar los principios del “Grito de córdoba” al quehacer de la Universidad
formando parte de su rutina. Fue así
como, demandadas por el conjunto de la comunidad universitaria, la
consideración de la extensión como parte del quehacer universitario, la
libertad de cátedra, las cátedras de libre elección y con asistencia
voluntaria; incluso la inviolabilidad de los espacios territoriales, hacia el año 1960, formaban parte del quehacer rutinario de la
mayoría de las universidades del continente. No pasaba lo mismo respecto del
cogobierno, la elección de las autoridades universitarias con participación de
todos los estamentos, y su funcionamiento relativamente autónomo y
autárquico. De ahí que la lucha por la defensa de estos principios
cobró relevancia y se asoció a la lucha por la reforma universitaria durante la
segunda mitad del siglo XX.
La
lucha por la reforma universitaria permeó el quehacer del movimiento
universitario durante gran parte del siglo pasado teniendo en los años 60 sus
momentos más neurálgicos y relevantes.
Aún así en muchas universidades del continente todavía hoy constituyen
asignaturas pendientes. El movimiento estudiantil-popular de 1960 en
Chilpalcingo es un episodio emblemático de la lucha por la reforma
universitaria que enarbola las banderas de la autonomía y el cogobierno como
principios rectores del funcionamiento del modelo de universidad moderna que responde a los
desafíos del siglo XX. De esta forma la veintena de muchachos asesinados el año
1960 en Chilpancingo ingresarán a la historia social del continente como mártires
de la reforma universitaria.
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