REFLEXIONES SOBRE


EL NEOLIBERALISMO EN CHILE.
ESTALLIDO SOCIAL Y PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE
TAMBIÉN SE INCLUYE
REFERENCIAS A PUBLICACIONES SOBRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ECONOMÍA POLÍTICA .
INFORMACIÓN SOBRE TRABAJO DE GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Y
VIDEOTECA SOCIAL (muestra de películas emblemáticas de denuncia social, en los diferentes géneros expresados en la historia del cine)

sábado, 4 de enero de 2014

6.- COMPROMISOS CON LA DEMOCRACIA. EPISODIOS EMBLEMÁTICOS




6.1.- Tacnazo
A mediados de la década de 1960 las fuerzas armadas manifestaban su descontento por  diversos problemas que ocurrían en su interior: falta de dotación, falta de materiales y equipos, infraestructura y, sobre todo, problemas económicos en las remuneraciones de sus efectivos. Esta situación genera diversas reacciones como solicitudes de autorización para abandonar  la institución,  renuncia de altos jefes militares y negación de otros a concurrir con sus destacamentos a rendir honores al Presidente de la República en ceremonias oficiales, concluyendo con el conato de sublevación conocido como el “tacnazo”.-
El "tacnazo" fue una sublevación militar que ocurrió el  21 de Octubre de 1969, donde un grupo de oficiales liderados por el General Roberto Viaux, se acuarteló en el Regimiento Tacna de Santiago para exigir mejoras salariales y profesionales para el Ejercito de Chile. La unidad militar es finalmente entregada, el día siguiente, a un equipo negociador encabezado por autoridades civiles de gobierno mandatadas para ello acompañadas de militares constitucionalistas de la confianza del propio gobierno. El acuerdo conocido como el “Acta del Tacna” es firmado por Patricio Silva (Subsecretario  de Salud) y el propio Roberto Viaux  y considera entre otros aspectos la decisión política del gobierno de resolver en el más breve plazo las demandas levantadas por los sublevados. El principal impacto político del fenómeno fue  el retiro del ejército de los “cabecillas” de la sublevación,  la renuncia a los cargos que ostentaban el Ministro de Defensa y el comandante en jefe (cargo que fue ocupado por el general René Schneider) quedando como segunda antigüedad el general Carlos Prats.
El acuerdo se firma en un escenario político y social marcado por la decisión del presidente de decretar el estado de sitio y cerrar el congreso con el fin de evitar la deliberación y posibles expresiones de apoyo a la asonada  golpista que se pudieran manifestar en el frente político, lo que de ocurrir,  hubiera dificultado el desenlace que finalmente tuvo. Dirigentes de Partido Comunista, y de otras organizaciones políticas, junto a autoridades religiosas acudieron a La Moneda para expresar su apoyo a la defensa del estado de derecho, las organizaciones sociales lideradas por el Partido Comunista especialmente estudiantiles y de trabajadores (la CUT entre ellas) manifestaron sendas declaraciones de apoyo sin restricciones al gobierno y sus militantes, simpatizantes y adeptos acuden masivamente a la Plaza Bulnes a una manifestación de rechazo al golpe que albergó a 300.000 personas.
Aunque en general el rechazo a la asonada golpista fue unánime incluyendo a prácticamente todas las organizaciones que conformaban el espectro político, hubieron algunos poderes fácticos influenciados por la extrema derecha que relativizaron su rechazo manteniendo más bien una postura marcada por la ambigüedad (“El Mercurio” entre ellas), y otras personalidades como el Senador Carlos Altamirano que se las arreglaron para emitir declaraciones de apoyo a los militares sublevados señalando que “en Chile había un vacío de poder que había que llenarse”, (PatrimonioChileno EL BLOG  “Tacnazo en Chile 1969”)(12)
Por otra parte, documentos elaborados por oficiales que acompañaron a Viaux en la aventura, referidos al episodio, consignan que altos personeros del Partido Socialista ”veían con buenos ojos” lo sucedido, habida cuenta que se trataba de un movimiento gatillado, entre otras, por demandas salariales y laborales de los soldados (ello se consigna en el documento elaborado por el teniente “R” Raúl Munizaga Neuman “A cuarenta años del tacnazo”, documento publicado en memoria-militar.Blogspot.com) (12).
La vocación golpista y antidemocrática del General Roberto Viaux se expresa en diversos hechos a los cuales se involucra a través su trayectoria militar: Entre 1952 y 1954 fue integrante de los movimientos PUMA y Línea Recta: cofradías militares de abierta deliberación política y comprometidos con el Presidente Ibáñez. El año 1969 encabeza el conato golpista conocido como el tacnazo. El año 1970 junto a un grupo de militares activos y elementos de ultra derecha vinculados a “patria y libertad”  diseñan y llevan a la práctica un plan para secuestrar al comandante en jefe del ejército general René Schneider con el propósito de provocar pánico e impedir la asunción a la presidencia de Salvador Allende.  El episodio concluye con la muerte del General. Años después, con la desclasificación de documentos de la CIA se constata que el episodio formaba parte del plan “track two” elaborado para evitar la llegada de Salvador Allende a la presidencia.

6.2.- Tanquetazo
Durante el año 1973, con algunos matices el hecho se repite cuando un grupo de militares comandados en esta ocasión por el coronel Súper, protagonizan otro conato de golpe conocido esta vez como el “tancazo” o “tanquetazo”.  
 El tancazo fue una sublevación militar que intentaba derrocar a Salvador Allende. Ocurrió el 29 de Julio de de 1973, cuando a las 8.30 de la mañana una columna de 16 vehículos armados incluyendo tanques M41 Walker Bulldod y más de 80 soldados al mando del coronel Roberto Souper rodean La Moneda y el Ministerio de defensa. El conato es sofocado horas más tarde cuando fuerzas leales de artillería pesada provenientes de la Escuela de Suboficiales lideradas por el coronel Julio Canessa reforzados por  efectivos del Regimiento  Buin conducidos por el general Augusto Pinochet, se despliegan en la Alameda para proteger al Comandante en jefe Carlos Prats, cuando personalmente se dirige a  parlamentar con los soldado sublevados para que depongan su actitud, se rindan y vuelvan a sus cuarteles, lo cual acontece cerca de mediodía.
El balance en términos de vidas humanas  que registró la aventura cuenta entre sus víctimas a 17 uniformados y cinco civiles destacando entre ellos un funcionario del Ministerio de Defensa que recibió un disparo en la cara al asomarse a la ventana del séptimo piso para observar desde su posición privilegiada el escenario de los acontecimientos, una mujer que laborando en una oficina del Banco del Estado recibió una “bala loca” y el camarógrafo argentino Leonardo Henrichsen, corresponsal de una agencia de noticias extranjera quien filmó su propia muerte.
Entre las anécdotas que cuentan los que vivieron de manera más cercana los hechos de ese día destaca aquella que menciona que la caravana de tanques mientras se desplazaba por las calles de Santiago respetó la luz roja de todos los semáforos que debió cruzar, incluso un vehículo blindado se detuvo en un servicentro para abastecerse de combustible; y la sorpresa que causó entre los periodistas el hecho que cuando la comitiva de generales y coroneles que lideraron el operativo que desactivó el intento de golpe, ingresó a la moneda a dar cuenta al Presidente del éxito de la operación, todos vestían tenidas de civil  o de presentación según lo ameritara su agenda del día, a excepción del general  A. Pinochet el cual vestía uniforme de combate, “como si eso era lo que tenía agendado para ese día”, comentaron con suspicacia los periodistas que reportaron el acontecimiento 3 meses antes de los sucesos del 11 de septiembre.
El breve tiempo que dura el desplazamiento de carros brindados hasta ser obligados sus ocupantes a retirarse a sus cuarteles impide que los partidos tomen posiciones, sino hasta después de conocerse su desenlace. En este contexto altos personeros democratacristianos, Eduardo Frei Montalva incluido, emiten declaraciones donde manifiestan su franca condena (este hecho les penará posteriormente cuando algunos de ellos mismos intenten un acercamiento a Pinochet por cuanto aún cuando algunos personeros democratacristianos ocuparán cargos de importancia en el gobierno de la dictadura durante los primeros meses, no serán ellos los elegidos).
Por otro lado, las propias declaraciones dan pie a que los partidos radical y comunista, éste último comprometido en una campaña denominada “no a la guerra civil”, volvieran a la carga, retomando las conversaciones y negociaciones tanto con políticos democratacristianos como con autoridades eclesiásticas para involucrarlos en la búsqueda de una salida política a la crisis. Aunque hay disposición en ambas partes en involucrarse estas conversaciones como se sabe no llegan a buen puerto.
Las acciones en esta dirección llevadas a cabo por los sectores partidarios de buscar un desenlace político a la crisis, partido comunista incluido, estuvieron presentes hasta la víspera misma del golpe como lo confirma la apuesta por el  frustrado llamado a plebiscito, y si no se materializaron fue por la indecisión del propio Presidente, el que influido por voces demasiado influyentes que se oponían, lleno de dudas, tomó decisiones al respecto demasiado tarde.

6.3.- La Democracia Cristiana frente al golpe de 1973.- 
   
El 22 de agosto del año 1973 la Cámara de Diputados con los votos de la D.C. y la derecha aprobó el “acuerdo sobre el quebrantamiento del orden constitucional”(13), en el marco de los graves sucesos relacionados con los efectos de la crisis de desabastecimiento, las huelgas de importantes gremios como el comercio y los camioneros, a los cuales se habían plegado algunos sindicatos del cobre. Esta decisión tomada por la mayoría conformada por congresistas de derecha y democratacristianos significa declarar prácticamente inconstitucional el gobierno de Salvador Allende. A ello se agregan las repetidas acusaciones de la Corte Suprema en orden a no respetar acuerdos tomados en instancias del poder judicial de claro corte político. Ambos hechos significan encender la luz verde al golpe de estado, el que finalmente se materializó.
Ocurrido éste, la directiva del Partido Demócrata Cristiano, antes de disolverse, como lo exigían los bandos oficiales, emite una débil declaración (conocida como “del día después”) llamando a la cooperación patriótica con el régimen de facto y expresando su confianza en que una vez normalizado el país se vuelva a configurar el estado de derecho. También su presidente P. Aylwin y su máximo líder Eduardo Frei Montalva dan entrevistas y firman documentos públicos donde se expresan los mismos conceptos (14). Producto de la confusión creada, algunos militantes y dirigentes de base desubicados  participan entregando información útil para la represión y la masiva “casa de brujas” que aconteció en el período inmediatamente posterior al golpe. No obstante ello, en un breve período de tiempo quedó claro hacia donde “iba  la micro” de la dictadura militar en Chile  y el Partido Democratacristiano adoptó una postura opositora, sus militantes asumieron sus consecuencia y sus líderes jugaron un rol fundamental en los acontecimientos que provocaron el desenlace democrático 17 años más tarde.
Al margen de la postura adoptada por la directiva del P.D.C. frente al golpe de estado, un grupo conformado por 13 destacados militantes (ninguno ocupaba cargos de dirección en ese momento) emiten una declaración que condena el golpe y hace un llamado a  “restituir el poder a la voluntad del pueblo y respetar la voluntades públicas” (15). En septiembre del año 2013,  a cuarenta años del golpe, al interior de la  junta  nacional que reúne a los dirigentes del partido a lo largo del territorio se escuchan voces solicitando considerar esta declaración como “la voz oficial de partido frente al golpe de estado de 1973”.-  
La tesis según la cual la democracia cristiana no sólo no rechazó el golpe sino que lo propició (16) se sostiene según sus defensores en el ya mencionado Acuerdo de la Cámara de Diputados del 22 de Agosto de 1973, el que estableció que las Fuerzas armadas y el Cuerpo de carabineros deben “encaminarse a restablecer las condiciones de pleno imperio de la Constitución y las leyes y la convivencia democrática, indispensables para garantizar a Chile su estabilidad, paz civil y seguridad y desarrollo” (considerando décimo cuarto). En representación de la D.C. abogaron por la aprobación de este documento en la sala los diputados Claudio Orrego (padre) y César Fuentes entre otros.
Se trataba por cierto de un documento que hacía un abierto llamado a la intervención militar en contra del gobierno constitucional, como lo explicitará el propio Presidente Allende  “los diputados de oposición han exhortado formalmente a las Fuerzas Armadas y Carabineros a que adopten una posición deliberante frente al Poder Ejecutivo, a que quebranten su deber de obediencia al Supremo Gobierno, a que se indisciplinen contra la autoridad civil del Estado a la que están subordinadas por mandato de la Carta Fundamental”.
Quienes defienden esta tesis, la avalan aludiendo a los juicios políticos que justificaban el derrocamiento al gobierno constitucional contenidos en documentos firmados por líderes emblemáticos de la Democracia Cristiana, como la entrevista de Eduardo Frei Montalva al diario ABC de España en Octubre de 1973 y su emblemática carta a Mariano Rumor fechada en Noviembre de 1973. Los que la refutan señalan que los referidos documentos y aún otros como el libro de Genaro Arriagada “De la vía chilena a la vía insurreccional” editado el año 1974, y entrevistas dadas por propio Patricio Aylwin (presidente del partido) en días posteriores al golpe, no expresan posiciones oficiales sino personales y en todos ellos se aboga por la pronta recuperación al estado de derecho y su confianza que ello suceda en un plazo prudente. “Podrán acusarnos de ingenuos pero no de golpistas” señalará el presidente del partido en Septiembre del 2013. Interpelada la democracia cristiana a pedir perdón por su actuación del 11 de septiembre de 1973, en el debate generado en torno a la conmemoración de cumplimiento de los 40 años, su presidente Ignacio Walker   premunido de los documentos a los que aquí hemos hecho referencia, además de grabaciones de entrevistas a medios de prensa dadas por P. Aylwin en los días inmediatamente anteriores  y posteriores al golpe, valora la actitud visionaria de los militantes que firmaron la declaración de los 13 y respecto de la postura oficial desarrolla tres conceptos: la disposición hasta última hora de la colectividad política para abordar una salida política a la crisis que evitara el golpe; la interpretación de la declaración del “día después”  como un documento que en lo esencial no apoya el golpe sino lo lamenta “llamando a una  cooperación patriótica con el propósito  de restablecer la institucionalidad democrática quebrantada”; y su convencimiento que “la Democracia Cristiana, podrá ser acusada de ingenua pero no de golpista” por lo cual no le corresponde pedir perdón.(17)
Por su parte la derecha política, en el contexto del debate a que me refiero, usa  los argumentos sostenidos en los mismos documentos, en especial las declaraciones y entrevistas dadas por su líder histórico, Eduardo Frei Ruiz Tagle, para sostener que la D.C. asumió una posición de apoyo explícita al golpe, sin embargo eluden, comentar que, si ello es así, al menos en el caso de Eduardo Frei Montalva la posición tomada constituyó un error, por cuanto, las propias investigaciones desarrolladas en torno a su muerte dan cuenta que ese mismo poder político y militar que él contribuyó a entregar al dictador fue utilizado posteriormente para envenenarlo y asesinarlo.


Documentos digitalizados consultados

(12) PatrimonioChileno EL BLOG  “Tacnazo en Chile 1969” en http://patrimonio.bligoo.cl/content/view/1015980/El-Tacnazo-Chile-1969
(13) Acuerdo de la Cámara de Diputados sobre el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República https://www.google.cl/?gws_rd=cr&ei=5hjVUqWXMLPRsAT374C4Dw#q=CODE
(14) Carta de E. Frei a Mariano Rumor
(15) Declaración del “grupo de los 13”
 (16) La Democracia Cristiana y el golpe de estado
(17) La Democracia cristiana podrá ser acusada de ingenua pero no de golpista


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