REFLEXIONES SOBRE


EL NEOLIBERALISMO EN CHILE.
ESTALLIDO SOCIAL Y PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE
TAMBIÉN SE INCLUYE
REFERENCIAS A PUBLICACIONES SOBRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ECONOMÍA POLÍTICA .
INFORMACIÓN SOBRE TRABAJO DE GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Y
VIDEOTECA SOCIAL (muestra de películas emblemáticas de denuncia social, en los diferentes géneros expresados en la historia del cine)

miércoles, 15 de enero de 2014

1.- CONFIGURACIÓN Y ASCENSO AL PODER DE LA NUEVA MAYORÍA




La inclusión del Partido Comunista en la alianza que asumirá el Gobierno en Chile el año 2014, es tal vez el fenómeno político más interesante que se producirá con el ascenso al poder de la denominada Nueva a Mayoría.
Si ocurre aquello, es la tercera vez que ello se produce en el Chile Republicano. En las dos anteriores la experiencia concluye con quiebres del sistema democrático. La instauración de “La Ley Maldita” en el primer caso y el golpe fascista de Pinochet en el segundo.
Aquello ¿es sólo coincidencia? ¿Le cupo a esta colectividad política  alguna responsabilidad en la ocurrencia de ambos sucesos? ¿Qué condiciones deben dase para que un partido de naturaleza revolucionaria se inserte “armoniosamente” en un sistema político como el adoptado en Chile (en los  períodos de la vida republicana a que nos referimos) sin renunciar a su condición de tal ni provocar crisis traumáticas?
Son éstas algunas de las dudas respecto de cuyas respuestas me propongo dar luces a partir del estudio de lo que ha sido el comportamiento y las conductas de esa colectividad política frente a los principales sucesos sociales, políticos, culturales y económicos que le correspondió enfrentar. 
La característica principal que se da en esta oportunidad es que por primera vez la alianza en que se inserta contará también con la presencia en su interior del Partido Demócrata Cristiano.
Si bien la confluencia de ambos partidos en una alianza de gobierno es una experiencia inédita, no lo es en la trayectoria histórica que transitan ambos conglomerados políticos en la construcción del Chile Republicano.
Se dio antes en sucesos tan significativos como la reforma agraria, la chilenización y nacionalización del cobre; el desarrollo del movimiento obrero, campesino y vecinal y la construcción de los cuerpos legales que lo viabilizaron; la elección de Salvador Allende en el Congreso, y de Patricio Aylwin, Ricardo Lagos, y Michelle Bachelet en las urnas; así como en algunos de los eventos más significativos que en el ámbito de la sociedad civil configuraron la resistencia a la dictadura de Pinochet, y en menor medida en la posterior refundación democrática del país .  
La revisión de los sucesos que configuran ambas trayectorias son, por ello un factor clave de análisis para, por un lado, soslayar los potenciales episodios traumáticos, y por la otra, perfilar en su reemplazo una relación marcada por la armonía.
La tesis desarrollada en el estudio  es que la relación entre ambas colectividades políticas marcada por una lógica de convergencia  se produce por cuanto estos episodios y trasformaciones sociales, políticas y económicas, se enmarcaron, por un lado, en el llamado modelo de “economía del bienestar” y, por el otro, en  el también llamado “Estado  de compromiso” que, por una parte, la viabilizó, y por la otra; su complementaria implementación provocaron un proceso creciente de democratización e inclusión de sectores cada vez más extensos a la vida social, cultural, económica y política del país.
El horizonte del proyecto país que bosqueja el debate producido al interior de la Nueva Mayoría, que hasta ahora se ha hecho público, transparenta la confirmación del agotamiento del llamado “modelo neoliberal de desarrollo” y la aspiración a sentar las bases de otro que  a falta de un nombre más explícito llamaré “modelo de economía del bienestar 2.0”, enmarcado en un “ajornamiento” del sistema político (modificaciones a la Constitución incluidas) marcado por las transformaciones que apuntan a la incorporación de nuevos sectores a la cultura, la sociedad, la política y por sobre todo al reparto más equitativo de la riqueza que el país es capaz de generar; que a falta de otro nombre más pulcro llamaré “Estado de Compromiso·2.0”
Mientras las transformaciones que apunten en la dirección arriba establecida se implementen verdaderamente y los parámetros para enmarcar tales transformaciones no rebasen los límites por ellos establecidos, pienso que la armonía prevalecerá frente al conflicto, al menos en la relación de los sujetos que confluyen en la alianza política, en especial los partidos democratacristiano y comunista.

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