A una semana del plebiscito las cartas están echadas. los electores ya han tomado su decisión y es muy poco lo que se se puede hacer para cambiar las toma de posiciones que ya han sido adoptadas.
A estas alturas del partido sólo las emociones pueden mover la aguja. Las emociones, tema que apasiona a teóricos y analistas, emergen al escenario en coyunturas como las que el país vive hoy.
Es una carta que los actores y autorìas igual juegan, aún sabiendo que los resultados a ella asociados son inciertos, como los resultados de la propia elección.
Es el caso de las alusiones que apuntan a nichos, pero que, como llegan a todos, se corre el riesgo que se transformen en búmerang. Es el caso protagonizado por aquel personaje que no denuncia una agresiòn.... "por amor", que observamos en la franja del rechazo.
En el mismo ámbito de las emociones, tema reiterado en el análisis y teoría política, observamos fenómenos mejor logrados, como "la reflexión de las carmelitas delcalzas", que, naciendo en un conglomerado lejano de la polìtica logra mejor el objetivo polìtico que se propone, y los propios polìticos la han desaprovechado explotándola poco o nada. (Radio Casa Quintil inclusive, tiene allí un poderoso material posible de trabajar, aún se dispone de una semana para que los encargados "se pongan las pilas").
El gobierno ha hecho lo que le corresponde, cogiendo la iniciativa, y generando hechos políticos que se han tomado la agenda: urgencias a leyes en trámite como la ley de las cuarenta horas, la anulación de la ley de pesca o la reposición de la modificación del royalty minero que según se comenta está pronta a presentarse; párrafo aparte merece la difusión de los contenidos fundamentales de otros cuerpos legales que serán tramitados proximamente como las reformas tributaria y previsional.
Los partidos y organizaciones comprometidas con el apruebo, se han tomado las plazas y calles del país, conscientes que en esta dimensión los partidarios del rechazo "tienen poca ropa" para competir.
La guinda de la torta al repecto será el gran cierre de campaña donde los organizadores deberán crear la condiciones para aislar a los provocadores que seguramente se harán presente, protegiendo a los manifestantes y evitando que se mimeticen en la multitud.
En el debate constitucional, la distribución masiva del texto (unido a la prohibición de difundir encuestas elaboradas para ser ulilizadas como instrumentos de campaña), le ha quitado piso al relato de la oposición fundado en mentiras y fax news, ello la ha obligado a cobijarse en delalles, donde todavìa encuetran aguas para llevar a su molino de falsedades, como lo han hecho a lo largo del año que han tenido para usar y abusar de la desinformación.
Los partidarios del apruebo, han logrado neutralizar este esfuerzo de desinformación colocando el foco del debate en el esclarecimiento del núcleo de la propuesta emanada de la convención: la intalación de un Estado social y democrático de derecho, protector y garante de los derechos individuales y colectivos del ser humano.
En este contexto se produce la detención de Héctor Llaitul que como era esperable se toma la agenda durante los últimos dìas, más aún cuando el hecho es ensuciado por las aristas que conocemos. El tema del conflicto del Wallmapu con el Estado rebasará la coyuntura electoral que ahora analizamos. Habrá tiempo para abordarlo con la profundidad, y seriedad que su análisis merece. En especial, la evolución adoptada por las diferentes estrategias de lucha reconocidas por los involucrados y su relación con el Estado. Un Estado que también está sufriendo un proceso de transformación.
Por ahora sólo diremos que, en todos lo lugares donde el conflicto se ha desenvuelto como de ha desenvuelto en Chile, su desenlace, cuando ha favorecido a los pueblos originarios, ha sido polìtico y no militar, por lo cual esa debiera ser la mirada estratégica determinante para interpretar la contingencia.
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