CHILE 2025 APROXIMACIONES AL ESCENARIO POLÍTICO.
La construcción de escenarios futuros en teoría política es una herramienta de diseño estratégico.
Permite imaginar futuros posibles que se construyen con la creación de narrativas de probables situaciones que caen en el ámbito de las hipótesis interpretativas.
Mientras el pasado y el presente se construyen, en el papel, con la realidad, el futuro “habita” sólo en nuestras mentes y forma parte del imaginario.
De esta forma, la construcción de escenarios sólo nos ayuda a comprender lo que podría suceder, y es útil para gestionar los peligros e incertidumbres, aprovechar mejor las oportunidades, e internalizar el seguimiento de los hechos en función del logro de los objetivos planificados.
Hecha esta aclaración metodológica, al grano.
¿Tiene allanado el camino la derecha para acceder al Gobierno de Chile?
Los ejes en el marco de los cuales se resolverá la cuestión del poder en las elecciones a realizarse el próximo mes de noviembre serán la articulación, el relato y el liderazgo.
En un escenario con una estructura de partidos atomizada, fuerte presencia de independientes y voto obligatorio; la primera ventaja la tiene la alternativa que mejor logre resolver el tema de la articulación, acogiendo en su seno la mayor cantidad de voluntades colectivas e individuales que compartan su relato.
El relato que la alternativa progresista, por razones obvias debiera construir, se funda en tres referentes: las demandas aún no satisfechas del estallido social, las promesas no cumplidas por la actual administración gobernando a la sombra de un Congreso minoritario que “le negó la sal y el agua”; y un horizonte estratégico modelado desde la lucha contra el neoliberalismo y la superación del capitalismo.
El hipotético escenario político que mejor dialoga con la idea de proyectar a un nuevo “estadio” el progresismo, y su agenda de transformaciones, en el contexto histórico que vivimos, dice relación con asegurar la continuidad del actual Gobierno.
Resueltos los temas de la articulación y el relato, el tema del liderazgo se resuelve al interior del propio sistema político, y el instrumento son las primarias vinculantes.
Las primarias generan un antes y un después, y, aunque no son determinantes para explicar resultados, los bloques que participan en ellas entran con ventaja a la recta final de las elecciones.
Una de las claves consiste entonces en “no saltarse” las primarias, sino participar y salir de allí con un liderazgo único legitimado y fortalecido, que represente al conjunto del bloque.
Para el caso del progresismo se trataría de “un rostro” referencial validado en las urnas que lo identifica, participando en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y proyectándose en la plantilla de candidatos a las elecciones parlamentarias.
Enfrentando a una derecha, que, si se confirman los pronósticos de hoy, participaría debilitada y convertida en un monstruo con al menos dos cabezas, y fagocitándose a sí misma.
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