I
Se han cumplido dos meses de ejercicio del Gobierno encabezado por Gabriel Boric, con motivo de ello el propio presidente de la república señaló que el proceso de instalación lo daba por concluido.
La instalación del Gobierno coincidió con la incorporación de nuevas fuerzas a la base política de apoyo, ampliando el bloque que ganó la primera vuelta; o sea, la inclusión de los sectores que se sumaron en la campaña de la segunda vuelta, y en alguna medida no menor explican su resultado y piden lo que consideran les corresponde.
Al coincidir ambos procesos, la configuración de la nueva alianza fue liderada por el propio presidente Boric, no habiéndose materializado aún un evento, de la significación que corresponde, que sancione su institucionalización, y con ello se sanen las heridas que dejó en algunas parroquias su incorporación en zonas, consideradas por ellos, periféricas de la estructura de poder, por lo cual no se sienten incorporados plenamente, y ello les permite y otorga la libertad para actuar con relativa independencia, en especial en ámbitos del Estado ajenos al ejecutivo, como ambas cámaras del Congreso y la Convención Constituyente
En este fenómeno, que lo hemos llamado de estructuración o articulación de la alianza de Gobierno, hay que buscar las principales causas de las insuficiencias y errores cometidos en estos dos meses; por lo cual su abordaje y solución es urgente.
II
Hace algo más de dos meses en un documento publicado como editorial, igual que este, dijimos que las tareas que el nuevo gobierno debía abordar, por razones de metodología y simplificación del análisis, las podríamos clasificar en tres grupos, las que privilegian el ámbito de lo administrativo, las que proyectan transformaciones fundamentales; y los "incendios", espontáneos algunos, y otros no tanto, pero igual, urgentes de apagar y evitar el daño que siempre provocan.
Fue justamente en este ámbito de acción donde se cometieron los errores más significativos, concentrados en el abordaje de los temas que dicen relación con el orden y seguridad ciudadana, donde además de la articulación, incidió, en menor medida, la falta de experiencia de los cuadros de gobierno, y la inexistencia de un plan estratégico.
El otro incendio que el gobierno debió apagar en el lapso que analizamos fue el "quinto retiro", en el que si bien, las autoridades actuaron con mayor prolijidad, (y con un plan definido y estructurado) su manejo (no así su "solución") causó menores daños que los que originalmente se preveía. También aquí, especialmente en la definición y manejo de la opción tomada incidió el tema de la articulación.
III
En el marco de la gestión administrativa, el mayor desafío abordado de estos dos meses que analizamos, fue una respuesta inmediata a los efectos que provoca el aumento del costo de la vida en los sectores de menores ingresos. Tema que permanecerá vigente mientras no se traduzca en resultados, la aplicación de un plan estratégico de reactivación económica.
Nos referimos al plan de apoyo económico cuya tramitación hasta ahora va bien encaminada y seguramente llegará a puerto en los tiempos programados. También se reaccionó con premura, aunque con respuestas insuficientes a las primeras movilizaciones protagonizadas por el movimiento estudiantil secundario que seguramente será "pan de cada día" en los próximos años y hoy tiene su centro en el tema de la infraestructura de los colegios y las becas de alimentación.
Oscurecidos por estos temas pasaron desapercibidos otros de alta significación, respecto de los cuales se actuó con mayor premura y prolijidad, por ejemplo, la firma y tramitación del convenio de Escazú cuya ratificación se discute hoy en el Congreso.
IV
En materia de transformaciones, el Gobierno ha insistido hasta la saciedad, que su característica central será la gradualidad, y condicionado a la mantención de los equilibrios económicos, para lo cual la reforma tributaria y los acuerdos en el Congreso serán prioridad y hasta precondición.
Ello, por cierto, si el pueblo con sus demandas aún insatisfechas no ingresa a la arena política, (que para ellos es la calle), como protagonista y logra colocar sus demandas en el centro del conflicto. Como comienza a suceder hoy con la reforma previsional, y en el futuro cercano seguramente será la condonación del CAE.
Todos los problemas y desafíos que enfrenta hoy el Gobierno están cruzados por lo que pasa en la Convención Constituyente, lo que aquí por razones metodológicas, sin ignorarlos, no los hemos incorporado al análisis.
En un esfuerzo por profundizar las ideas que aquí hemos expuesto, los incorporaremos en la nota editorial de la próxima semana.
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