No es el proyecto que ingresó hace más de dos años al
Congreso.
Pero será la más importante transformación, habida hasta
ahora, por el sistema previsional creado en dictadura, y operando como pilar fundamental
del sistema de financiamiento del modelo neoliberal.
Su impacto sólo será comparable a la creación del pilar
solidario implementado en el Gobierno de Bachelet (1).
Medida que convirtió a Chile en uno de los países del
mundo, donde, el 100% de la población mayor de 65 años del es beneficiaria del
sistema de pensiones.
Cuestión que no muchos han conseguido.
Con la reforma que hoy se tramita, esa pensión básica tendrá un piso de 250 mil pesos, beneficiándose, además, todos los perceptores del pilar solidario, con un alza del beneficio que fluctúa entre un mínimo porcentual de
dos dígitos hasta un máximo que puede hasta doblar su valor actual, dependiendo
de variables como años de cotización, género del beneficiario, (nivelación de
beneficios), y otras variables que el proyecto considera.
Producto de los cambios estructurales que el proyecto incorpora,
se gestará un sistema mixto fortaleciendo su componente de reparto, (creación
de un seguro social), y debilitando las instituciones e instrumentos con que
opera el mecanismo de capitalización.
Mayor competencia y control administrativo de las AFP que
disminuirán las comisiones cobradas y rentabilidad del negocio, aumentando con
ello, y otras consideraciones, como la incorporación del factor generacional, la
rentabilidad del fondo ahorrado por los cotizantes.
El aumento del 1,5 al 8% del aporte de los empleadores fortalecerá
el ahorro previsional y disminuirá la diferencia de la tasa de reemplazo de los
actuales trabajadores, mejorando sus pensiones, cuando jubilen.
En la dimensión política, su aprobación e implementación
en un año cruzado por las elecciones parlamentarias y presidencial, aumentará
la crispación al interior del boque de derecha cuyos partidos se posicionan
divididos frente a la reforma.
En la otra vereda, aunque hay voces críticas, el discurso
de todas las organizaciones identificadas con el oficialismo, rescatan su valor;
llegando algunas considerarla incluso, (si no se desconfigura en las fases que
restan para concluir su tramitación), en parte destacada
del legado del Gobierno del presidente Boric.
A ello hay que agregar el lucimiento, y alta consideración
del liderazgo, que alcanzarán los ministros que tienen a su cargo el
protagonismo de su tramitación.
En versión video: