A dos meses de la elección de autoridades regionales y municipales ingresa un pintoresco personaje al escenario político, compartiendo con el choripán de gourmet aparecido también estas fiestas patrias, las primeras páginas de la prensa.
Se trata de la muñeca bielorrusa.
¿Quién es la muñeca bielorrusa?
Nada menos que de un conspicuo personaje de la elite política y social chilena elegida para ocupar un cargo en la cima del sistema judicial: la excelentísima Corte Suprema.
La referida magistrada aparece involucrada en un litigio en el que la empresa bielorrusa Consorcio Belaz Movitec SpA (CBM) es demandada por CODELCO en Copiapó por incumplimiento de contrato.
El litigio concluye nueve meses más tarde en Santiago con fallo en contra de CODELCO debiendo, la empresa chilena pagar a los bielorrusos veinte millones de dólares y cinco millones de costos ¿?.
En la operación, hoy en investigación se constatan al menos dos irregularidades, el tiempo que dura el proceso, inusualmente breve, en consideración a situaciones comparables. Y la “extraña” e “inexplicable” presencia en todas las instancias de toma de decisiones de la inefable “muñeca bielorrusa”.
El hecho, que como nos percatamos hoy normalmente ocurre, hubiera pasado inadvertido, si no hubiera transcurrido en forma paralela al desenvolvimiento del caso Hermosilla, también conocido como caso audios.
Caso transformado hoy en una “caja de pandora”, y ubicado en la cresta de la ola del debate político, que tiene sumamente preocupados a lo más granado de la elite política y económica del país.
Lo que allí se devela, entre otras cosas, es que las “extrañas” e “inexplicables” situaciones no son tan extrañas ni inexplicables, sino, comportamientos comúnmente ocurridos y formando parte de la rutina de la elite de la derecha política y económica chilena.
Un comportamiento donde las acciones al filo de la ley, o derechamente ilegales, como, prestaciones, contraprestaciones, pago de favores, cohecho, tráfico de influencias, filtraciones y falsificaciones de documentos públicos y/o secretos, evasión y elusión de impuestos, sobornos, coimas y estafas forman parte de la normalidad.
Con operadores legitimados incluidos, y formando parte de las instancias de dirección de las propias organizaciones del sistema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario