A principios de febrero el presidente de Argentina Alberto Fernández viajó a Moscú, se reunió con Putin, y entre otras cosas le dijo que Argentina “debe ser la puerta de entrada” de Rusia en América Latina. Dos semanas después, hizo el mismo viaje Jair Bolsonaro, el que extendió su tour a China y a su regreso expresó que su viaje se había traducido en importantes acuerdos comerciales para el país.
Rusia, tiene, por tanto, en estos dos gigantes latinoamericanos la principal "coraza" para defenderse, del bloqueo comercial, y con ello, de una parte no menor, del daño que le provocará, en esta parte del mundo, la "guerra comercial" con que respondió Estados Unidos a la invasión a Ucrania .
Aunque el comercio de Rusia con los países del continente no es significativo, la visita y las declaraciones de los presidentes tiene su explicación más bien en la disputa, por mantenerse uno, e ingresar el otro al BRICS, (Asociación económica y comercial de países que en la década de su creación, a principios de siglo, eran considerados entre los emergentes con mayor potencialidad de desarrollo en el mundo: Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica).
Es por ello que la convocatoria que hace la OEA para emitir una tibia declaración de condena a la invasión sólo la firman 21 países, negándose a hacerlo además de Brasil y Argentina, Bolivia
En la mayoría de estos 21 países, sus presidentes emiten también breves frases de condena difundidas a través de sus cuentas de twitter, y mediante ellos se incorporan a debate sobre el conflicto bélico, el que tiene su principal escenario en las redes sociales.
Para completar el análisis se debe considerar los tres países (Cuba, Nicaragua y Venezuela) que, también de manera unilateral, han emitido macizas declaraciones de apoyo a la invasión, esclareciendo las razones que la provocaron. El significado político de estas declaraciones sólo podría expresarse en lo concreto, si el conflicto escalara, y para provocar al enemigo, Putin decidiera, entrar en "el patio trasero" de su principal aliado, instalando bases militares, o vendiendo armas convencionales. Demasiado arriesgado se podría decir, pero ........tratándose del impredecible Putin
Este fenómeno político, visto en su conjunto, transparenta la crisis que experimenta la comunidad de países latinoamericanos, donde las relaciones entre ellos y de ellos con los que no pertenecen al subcontinente, no se expresan a través de organizaciones multilaterales como debe ser, porque éstas no existen, y las que permanecen en actividad están debilitadas, cuando no mutiladas.
Es así como la embriaguez de ideologismo se ha expresado en el surgimiento de conglomerados de países que se debilitan junto con los "líderes de pacotilla" que, "dándose un gustito" irresponsablemente los crean, y desaparecen junto con ellos, como es el caso de la triada Piñera-Duque- Macri
Situación inversa a lo ocurrido con el BRICS donde el liderazgo de China le ha puesto su sello, elevado a nivel de principio, la "no injerencia" en los países con los cuales establecen relaciones comerciales.
Así se generaron las condiciones para que en la actual coyuntura, las voces y acciones del multilateralismo sean reemplazadas por el silencio, en un mundo globalizado donde lo que pasa en un lugar repercute en todas partes, más aún tratándose de una guerra.
Es por ello que, la principal conclusión que se puede sacar del fenómeno político que hemos analizado en esta editorial, es la urgencia del surgimiento de nuevos liderazgos que se comprometan con la defensa de los intereses comunes del conjunto de países llamado latinoamérica, y creen los instrumentos para que sean defendidos entre todos, como debe ser.
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