Transcurridos algo más de dos meses de instada la convención constituyente el balance en general es positivo. Las fuerzas del cambio constituidas en su interior en mayoría han asumido su control, tomando la iniciativa y enfrentando con éxito los esfuerzos de obstaculizar su funcionamiento por ineptitud del gobierno o acciones concertadas (provocaciones incluidas) de las minorías conservadoras. Podría decirse que no hay razones para pensar que las expectativas de la ciudadanía, expresada en la elección de constituyentes, y generadas con su creación no sean satisfechas como corresponde.
Se han cometido errores por cierto, expresados principalmente en la debilidad manifestada para enfrentar las fuerzas conservadoras y contrarias al cambio, sobreestimando artificialmente su presencia en las instancias de toma de decisiones respecto de lo conseguido en las urnas, y abriendo espacios incluso para sobrevalorar voces negacionistas en materia de DD.HH. que posteriormente fueron debidamente corregidas en la comisión respectiva, pero faltando aún que tal corrección sea ratificada en la plenaria.
Los efectos de tales errores se proyectaron, como era de esperarse, en el otro escenario donde se disputa el poder requerido para realizar los cambios, las elecciones de las autoridades que reemplazarán a las actuales, particularmente las parlamentarias.
Habíamos dicho anteriormente que en esta disputa se perfilan cuatro bloques, y que los instrumentos con los cuales cada bloque ingresará a "la arena" podían conceptualizarse como, la estructuración, el liderazgo y el relato. Hoy podemos decir que la estructuración ha pasado a jugar un rol preponderante y lo que pase allí se proyectará a los otros dos.
Las primarias, instrumento utilizado para dirimir el tema del liderazgo en el bloque "apruebo dignidad" provocó un grave fraccionamiento, afectando lo que era su mayor riqueza, la estructuración, la que hoy está en revisión y su futuro se jugará en la configuración de la o las lista(s) parlamentaria(s).
El bloque identificado como "lista del pueblo" irrumpe en la elección de constituyentes con fuerza inusitada. Para legitimarse como alternativa debía hacerlo todo y el tiempo era poco. Hoy podemos decir que en materia de articulación no sólo no han avanzado sino todo lo contrario. Relato tampoco nunca tuvieron y su incursión en la arena política ha debilitado las cualidades que perfilaban su identidad: antipartido y antisistema. Finalmente en la búsqueda de los liderazgos de representación han emergido la debilidades de la naturaleza humana que se refuerzan en las personas cuando disputan cuotas de poder: la deslealtad, la desconfianza, la ambición y la soberbia. Bienvenidos al juego de la política.
Sólo falta que el bloque "unidad constituyente" concluya su consulta para elegir su liderazgo, cuya duda, al parecer, se reduce a la capacidad de convocatoria. Tal vez los más expectantes de aquello no estén en su propio bloque, sino en el cuarto en discordia "chile vamos", en especial para afinar su relato. Eso por cuanto, teniendo en cuenta los resultados comparados de las primarias y la consulta se completarán los datos requeridos para proyectar, con la foto de hoy, si tendremos una segunda vuelta presidencial Boric Sichel o Boric Provoste (Narváez?).....y con ello predecir mejor la dirección e intensidad de los vientos que soplan.
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